De vuelta a Jazz en la Ciudad

Mucho tiempo ha pasado y con ello grandes conciertos desde la última vez que escribí, me alejé de porqué estaba perdido y no sabía qué dirección tomar. Este blog no está dedicado para expresar mis temores y preocupaciones, pero sí sentimientos los cuales le expreso a través de mi narrativa de los conciertos. Cada que voy a un concierto lo disfruto de una forma muy diferente y me enriquece de mil formas o no y no hablo sólo de conciertos de Jazz, hablo de música en general ya que no es la misma euforia que se siente cuando escucho una sinfónica a un cuarteto o a cuando estoy en un concierto de rock. 

Te has de preguntar porque estoy hablando de esto, si mis problemas emocionales son míos y yo debo solucionarlos y tienes razón, pero lo hago porqué en la música me ha ayudado a esclarecer mis ideas y alimentar mi alma y calmar mis emociones negativas, en la música he encontrado una compañía para mis momentos de soledad o de enojo, angustia, tristeza, etc.; todo esto es porqué hubo un concierto al cual asistí con mi papá (a quien le debo el gusto del Jazz) y me había enojado con él, además  ese día tenía dolor en una muela y con el frío de la temporada fue mucho peor, ingresamos al foro donde sería el concierto y yo seguía mal encarado (que mi papá no tenía la culpa pero el sólo me toleraba y trataba de alegrarme), a los pocos minutos inicia el concierto, la sala estaba llena, éramos 200 personas ansiosas por escuchar un concierto de jazz en una noche fría de viernes, la euforia de la gente se hizo notar y los aplausos y silbidos no hicieron falta conforme presentaban a los músicos, empezaron a sonar las primeras notas, la sale entraba en calor y el frío se iba poco a poco junto con mis emociones negativas. 

Al minuto de haber iniciado el concierto reflexioné sobre lo que había sucedido y me di cuenta que la noche era para compartirla con mi papá escuchando un concierto de Jazz y no peleando, vivimos en una época de mucho negativismo, pero hay más cosas positivas y sólo debemos darles el valor que se merecen, ese día lo disfruté mientras escuchaba el concierto y veía a mi papá emocionado intentando grabar y tomar fotos del concierto, eso es lo que realmente vale tomar en cuenta. Problemas siempre habrá, pero no hay que dejar que los problemas opaquen los momentos de alegría y felicidad, porqué son espontáneos y son los que nos ayudan en el día a día. 

Ese día la música logró hacer que me fije en las cosas positivas que yo no veía por mi mal humor del momento y apuesto que como a mí a muchos de ustedes les pasa, sé que la música no va a ser la solución a los problemas que estés pasando en este momento, pero sí te los va a aligerar y brindarte un respiro en tus momentos de angustia o estrés, puede hacer que disfrutes el momento, o incluso reconciliarte con la persona que amas y ya no te hablas, la música puede mucho, sólo es cuestión de sentirla y vivir el momento!

¡Si leíste hasta aquí te agradezco mucho, este trabajo es por ti y para ti y sólo me resta decirte que estoy de vuelta con más Jazz en la Ciudad!